Antes de recurrir a la fuerza bruta es mejor probar estos métodos
Cuando las tuercas se oxidan, removerlas puede ser bastante complicado. Sin dudas lo primero a saber es que hacer demasiada fuerza es contraproducente. El resultado puede ser una herramienta dañada o una tuerca falseada. Por eso es útil tener en mente varias formas de aflojar una tuerca oxidada que dependan más del ingenio que de la fuerza.
Lubricantes
Este es uno de los métodos más conocidos, aunque sirve solo para casos leves en donde la soldadura en frío no terminó de unir las piezas. Se aplica abundante lubricante sobre la unión de la tuerca o tornillo y se deja actuar diez minutos. Luego conviene utilizar la llave de tamaño apropiado para la tuerca y darle algunos pequeños golpes para aflojarla. Si después de hacer esto aún no se logra liberar, pasar a alguno de los siguientes métodos.
Por calor
Este es uno de los mejores métodos, incluso para casos difíciles. Se trata de aplicar calor con un soplete a la unión oxidada de la tuerca y el perno hasta que cobren un color rojizo -es importante no llegar al punto en donde los metales se fundan- y luego enfriarlos rápidamente con agua. Esto produce que los metales se contraigan y se rompa la soldadura en frío causada por la oxidación. De nuevo, conviene colocar la llave de tamaño adecuado y aflojar todo con algunos pequeños golpes.
Obviamente no todas las superficies pueden ser tratadas con calor, sobre todo si hay materiales inflamables cerca. Además, no todos tienen un soplete a mano. Para esos casos existe el siguiente método.
Cortafierro
Este método puede funcionar donde los anteriores no sirven, pero tiene una desventaja: la tuerca es destruida en el proceso. Se trata de aplicar el filo del cortafierro o cincel, en el centro de una de las caras laterales de la tuerca y golpearlo hasta producir un corte. No es necesario cortar la tuerca entera, ya que incluso un corte parcial puede provocar que la misma aumente su diámetro y pueda retirarse sin inconveninetes.