La directora de marketing de SIN PAR comparte su experiencia como mujer en un sector con amplia mayoría de varones.
¿Cómo se siente una mujer al trabajar en un rubro mayoritariamente masculino? ¿Puede aportar una mirada distintiva o un valor agregado en un mundo donde son los varones los que suelen estar a cargo de la toma de decisiones? La ingeniera Cristina Arheit, directora de Marketing de SIN PAR, comparte en esta entrevista su experiencia en el rubro metalúrgico, área en el que las mujeres son contadas con los dedos de las manos.
“Si bien no me detengo a pensar si soy mujer o no, la realidad es que no somos muchas en el rubro y, menos aún, ocupando puestos directivos -comenta-. A veces, cuando una va caminando por las fábricas, pisando talleres llama la atención ver a una mujer”.
La ingeniera agrega que, si bien siempre se la trató con respeto, la subestimación existe y ella aprendió a sacar provecho de esta realidad: “Te permite negociar de otra manera y encarar conversaciones desde otro punto de vista”.
Arheit además está convencida de que la inclusión femenina puede ser de gran valor para el rubro metalúrgico. “Las mujeres aportamos experiencias muy valiosas, somos muy necesarias. Damos otros puntos de vista sobre cómo manejar una empresa o cómo llevarla a ser más exitosa y a integrarse mejor al mundo”.
“Por lo general, somos muy hábiles organizando y tenemos una visión estratégica a largo plazo. No nos enfocamos tanto en el negocio inmediato, en la ventajita, sino en la sustentabilidad de la empresa a largo plazo”, agrega.
Otra cualidad de las mujeres, según Arheit, es la capacidad en preocuparse por el bienestar de los empleados: “Las mujeres solemos estar más preocupadas por el personal, en que se sientan bien, a gusto. Y esto, en definitiva, se traduce en una mayor productividad y rentabilidad de la compañía”.
¿Qué expectativas tiene para el futuro? “Si bien la tendencia en el rubro metalúrgico es lenta, creo que va a ir creciendo. Es sano y necesario”, finaliza.